"Niños diferentes: Negros albinos"
Martes, 09 de Marzo de 2010 09:35
En nuestro entorno europeo cuando hablamos de “niños diferentes” la mente se nos va a los niños que portan el “síndrome de Down”. Es difícil que alguno caiga en la cuenta de otros rasgos diferenciales. Pero hoy tenemos un asunto verdaderamente increíble: Niños de etnia o raza “negra” y que presentan color blanco. Vamos a ver su tragedia: peor que la de ser negro en medio de los blancos.
Albinismo, del latín “albus”, que significa blanco, es una condición genética hereditaria, caracterizada por la ausencia de melanina en la piel, ojos y cabello por lo tanto puede afectar a todas las razas sin distinción. La tremenda ignorancia, las increíbles supersticiones y los prejuicios sociales, han convertido a los albinos de África en gente marginada presas de quienes creen que determinadas partes de su cuerpo traen buena suerte. Nada más nacer, ya son rechazados. Generalmente por sus padres, que los abandonan, a ellos y a sus madres, a las que se culpa de la condición.
Estos niños tienen dificultades en la escuela para ver la pizarra. Profesores y compañeros los discriminan e insultan. Encontrar trabajo es difícil, se les margina. Sufren problemas ópticos y el sol africano, inclemente, les provoca ulceraciones y quemaduras. Muchos mueren jóvenes, de cáncer en la piel. No es fácil ser albino en la gran mayoría de los países africanos, en muchos de los cuales, especialmente en las zonas rurales, se explica su falta de pigmentación por una maldición cernida sobre la familia. Hay más albinos en África que en cualquier otra parte del mundo. De hecho, los primeros colonizadores portugueses los designaron como una raza aparte. Si en Europa la ratio de albinismo es de uno por cada 17.000 personas, en África asciende a uno entre 2.000 o 5.000 habitantes, dependiendo del país. Uno de cada 70 habitantes es portador del gen. Si su pareja también es portadora, sus descendientes tendrán muchas posibilidades de ser albinos.
Son "piezas codiciadas" por los brujos. Las piernas, brazos, piel, lengua y el cabello de los albinos valen miles de dólares. Los curanderos los utilizan para "curar enfermedades" y para prometer fortuna. Una de las creencias africanas más arraigadas asegura que si se bebe la sangre de un albino se ganará mucho dinero. El perverso ritual incluye quemar las chozas de las víctimas. Los asesinos reciben como recompensa una o dos vacas, que les entregan los líderes comunales por su “buen trabajo”. Por eso organizaciones internacionales han abierto campamentos especiales, donde los negros albinos pueden vivir bajo defensa.
Los que consiguen sobrevivir en este ambiente tan hostil, son obligados a trabajar en las duras condiciones del sol africano, llegando irremediablemente a enfermar de cáncer de piel. Se calcula que el promedio anual es de unos cien asesinatos, y hasta ahora las autoridades creen que desde los años ochenta han perecido más de tres mil por estos crímenes, cometidos con lanzas y machetes. Un tabú que está llevando al continente africano a ser culpable de un incomprensible racismo por falta de melanina en la piel, una discriminación que ante tal condición es injusta y poco racional.
El Gobierno de Tanzania ha ilegalizado la curandería, para evitar que continúe la cacería de albinos. Pero la pregunta es ¿y qué pasa en el resto de África? Algunas ONGS están trabajando muy duro para llamar la atención sobre estas redes criminales.
Por Ceferino García, columnista de Piquio
En nuestro entorno europeo cuando hablamos de “niños diferentes” la mente se nos va a los niños que portan el “síndrome de Down”. Es difícil que alguno caiga en la cuenta de otros rasgos diferenciales. Pero hoy tenemos un asunto verdaderamente increíble: Niños de etnia o raza “negra” y que presentan color blanco. Vamos a ver su tragedia: peor que la de ser negro en medio de los blancos.
Albinismo, del latín “albus”, que significa blanco, es una condición genética hereditaria, caracterizada por la ausencia de melanina en la piel, ojos y cabello por lo tanto puede afectar a todas las razas sin distinción. La tremenda ignorancia, las increíbles supersticiones y los prejuicios sociales, han convertido a los albinos de África en gente marginada presas de quienes creen que determinadas partes de su cuerpo traen buena suerte. Nada más nacer, ya son rechazados. Generalmente por sus padres, que los abandonan, a ellos y a sus madres, a las que se culpa de la condición.
Estos niños tienen dificultades en la escuela para ver la pizarra. Profesores y compañeros los discriminan e insultan. Encontrar trabajo es difícil, se les margina. Sufren problemas ópticos y el sol africano, inclemente, les provoca ulceraciones y quemaduras. Muchos mueren jóvenes, de cáncer en la piel. No es fácil ser albino en la gran mayoría de los países africanos, en muchos de los cuales, especialmente en las zonas rurales, se explica su falta de pigmentación por una maldición cernida sobre la familia. Hay más albinos en África que en cualquier otra parte del mundo. De hecho, los primeros colonizadores portugueses los designaron como una raza aparte. Si en Europa la ratio de albinismo es de uno por cada 17.000 personas, en África asciende a uno entre 2.000 o 5.000 habitantes, dependiendo del país. Uno de cada 70 habitantes es portador del gen. Si su pareja también es portadora, sus descendientes tendrán muchas posibilidades de ser albinos.
Son "piezas codiciadas" por los brujos. Las piernas, brazos, piel, lengua y el cabello de los albinos valen miles de dólares. Los curanderos los utilizan para "curar enfermedades" y para prometer fortuna. Una de las creencias africanas más arraigadas asegura que si se bebe la sangre de un albino se ganará mucho dinero. El perverso ritual incluye quemar las chozas de las víctimas. Los asesinos reciben como recompensa una o dos vacas, que les entregan los líderes comunales por su “buen trabajo”. Por eso organizaciones internacionales han abierto campamentos especiales, donde los negros albinos pueden vivir bajo defensa.
Los que consiguen sobrevivir en este ambiente tan hostil, son obligados a trabajar en las duras condiciones del sol africano, llegando irremediablemente a enfermar de cáncer de piel. Se calcula que el promedio anual es de unos cien asesinatos, y hasta ahora las autoridades creen que desde los años ochenta han perecido más de tres mil por estos crímenes, cometidos con lanzas y machetes. Un tabú que está llevando al continente africano a ser culpable de un incomprensible racismo por falta de melanina en la piel, una discriminación que ante tal condición es injusta y poco racional.
El Gobierno de Tanzania ha ilegalizado la curandería, para evitar que continúe la cacería de albinos. Pero la pregunta es ¿y qué pasa en el resto de África? Algunas ONGS están trabajando muy duro para llamar la atención sobre estas redes criminales.
Por Ceferino García, columnista de Piquio
(Encontrado em http://www.territoriochocoano.com/personajes-de-la-historia-negra/561-qninos-diferentes-negros-albinosq.html)
(Falar em niños me lembrou que o Ritchie gravou uma versão em espanhol pro hit Menina Veneno, dos anos 80. Vocês sabiam?)
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